"Hasta el más pequeño de los felinos es una obra de Arte".
Leonardo Da Vinci
Cuentan las crónicas de la época que Leonardo da Vinci era un gran amante de los animales. El artista era incapaz de verlos abandonados, y convivía con perros, gatos, aves… a los que cuidaba e incluía en muchos de sus trabajos.
Dentro de los esbozos recopilados en su cuaderno de dibujos podemos encontrar esta maravillosa lámina donde el pintor retrata, como no, a la perfección, toda la grandeza felina con trazos rápidos pero seguros.
Según cuenta él mismo, observaba el cuerpo del gato para estudiar sus elegantes movimientos y utilizarlos después para realizar el cuerpo de uno de los animales mitológicos más hermosos, el dragón. Al no poder observar directamente al animal imaginario, eligió al gato como su perfecto sustituto por su elegancia y gracilidad.